En 1968 las autoridades de la Conferencia Episcopal latinoamericana, con sede en ese momento en Buenos Aires, consideran indispensable la presencia de la Congregación de Nuestra Señora de Sión en la República Argentina porque, según palabras de Monseñor Antonio Quarracino, "es imperiosa la necesidad de incrementar aquí las resoluciones del documento Nostra Aetate, del Concilio Vaticano II".
En 1971 la Congregación envía al país a la primera religiosa, la Hna. Alda, que es seguida luego por otras dos, todas brasileñas. En 1972 queda así formada la primera comunidad de Sión en Buenos Aires.
Se inician las actividades en el campo judeo-cristiano realizándose, al mismo tiempo, contactos con las Asociaciones católicas y protestantes.
Se
forman pequeños grupos de
cristianos y judíos para discutir
temas religiosos. Así, en
el correr de los años se van
incrementando los contactos
entre el mundo cristiano y
el judío en la ciudad de Buenos
Aries. Apoyan estos encuentros
Monseñor Quarracino, los Padres
Mejía y Rivas, algunas instituciones
católicas como la Conferencia
de Religiosas, el Instituto
de Cultura Religiosa Superior,
el Instituto Pastoral de la
Adolescencia por el lado católico
y el Rabino León Klenicki
de la sinagoga Emanu-El, la
Sra. Inés Radunski, presidente
del ICCAI, el Seminario Rabínico
Latinoamericano y otras instituciones
por el judío.
Además de las actividades en este campo específico de las relaciones judeo-cristianas y del ecumenismo, la Congregación da su aporte en el campo de la catequesis, ofreciendo cursos bíblicos en los seminarios, parroquias, colegios y en su propia sede. También se preparan y se difunden cuadernillos pedagógicos para la mayor comprensión de la tradición judeo-cristiana así como toda otra documentación inherente al diálogo judeo-cristiano. Las religiosas participan, al mismo tiempo, de la vida parroquial contribuyendo en el trabajo de catequesis o en el social.
La
religiosas de Nuestra Señora
de Sión tienen presente hoy
como ayer que "viven en un
mundo en el que se mezclan
temor y esperanza, en donde
crecen esclavitud y sed de
libertad, violencia y esfuerzos
de paz, en donde la fe es
amenazada por la duda. Un
mundo que está cerca y todavía
lejos del Reino de Dios. Es
a este mundo tan amado por
Dios, al que han sido llamadas.
Es a este mundo al que la
Iglesia las envía para anunciar
la buena nueva del Reino que
viene en las realidades de
nuestro tiempo y para combatir
las fuerzas que, dentro y
fuera de ellas, impiden su
plena realización". Que "están
llamadas a dar testimonio,
con su vida, de la fidelidad
de Dios a su amor por el pueblo
judío y a las promesas que
Él reveló a los patriarcas
y a los profetas de Israel,
para toda la humanidad. En
Cristo se les da la certeza
de su cumplimiento final"
(Constituciones 12-13).
A fines del año 2002, la Congregación Nuestra Señora de Sión ha decidido suspender la presencia de religiosas en Argentina. Sin embargo, los Cursos Bíblicos, la Escuela Bíblica y todos los proyectos que deriven, han sido confiados a laicos y sacerdotes, los cuales mantienen el espíritu y el carisma de la Orden.
En la actualidad el Centro Bíblico tiene su sede en el convento de San José, esposo de la Virgen María, de los padres dominicos, sito en Av. Directorio 440 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y está dirigido por el Licenciado José Luis D'Amico.
El Centro Bíblico Nuestra Señora de Sión continúa perteneciendo a la Congregación Nuestra Señora de Siòn, considerándose parte del carisma de la Congregación, estrechándo vínculos con el pueblo judío y en constante apertura al diálogo y compromiso ecuménico.
En los Cursos Bíblicos, durante el año 2006 recibieron formación bíblica 136 alumnos en un total de 12 cursos y cuatro talleres reconocidos por la Junta Catequísta del Arzobispado de Buenos Aires. Todos ellos destinados a cristianos que buscan formarse en temas bíblicos y desde el diálogo ecuménico y judeocristiano.
La Escuela Bíblica, por su parte, con un plan de estudios de tres años, en este momento cuenta con 23 alumnos en el total de los cursos.
Todos los cursos dictados en el Centro cuentan con el auspicio de la Arquidiócesis de Buenos Aires.